CANTO DE ENTRADA: VENGO A ALABARTE. (CORO
SATRI)
Tú con tu luz a las tinieblas bajaste,
gracias a ti pude ver.
Por tu belleza aprendí a adorarte y
junto a ti quiero estar.
ESTRIBILLO
Vengo a adorarte, vengo a postrarme,
vengo a decir que eres mi Dios. Sólo tú eres digno eres adorable, tan
maravilloso para mí.
Rey y Señor cielo y tierra te exaltan,
cantan tu gloria y tu bondad.
Entre los hombres humilde viniste,
pobre te hiciste por amor.
ESTRIBILLO
Vengo a adorarte, vengo a postrarme,
vengo a decir que eres mi Dios. Sólo tú eres digno eres adorable, tan
maravilloso para mí.
Al calor de
tu palabra.
Cerca del
hogar que calienta mi alma
quiero yo
saber lo que en comunidad
Tú quieres
de mí.
Sintiendo el
calor que me da tu Palabra
quiero
responder a lo que me pides
sin que nada
yo pueda temer.
A nada, a
nada, nunca he de temer,
yendo junto
a ti, con tus ojos de fe,
nunca he de
temer (bis).
Sólo he de
beber de tu fuente de agua
sé que solo
ella será la que sacie
mi hambre y
mi sed.
Tú eres el
Señor que alimenta mi alma
y si hago mi
opción por seguirte a Ti
nunca jamás
yo temeré.
A nada, a
nada, nunca he de temer,
yendo junto
a ti, con tus ojos de fe,
nunca he de
temer (bis).
PADRE NUESTRO MIRANOS.
Míranos estamos juntos, cada uno de
nosotros te venimos a ofrecer, lo mejor de nuestras vidas, donde no existen
mentiras ni miserias ni porqués, donde cada día el sol busca con fuerza un
hermoso amanecer.
Padre nuestro te pedimos, que tu
amor sea la fuerza que nos haga comprender.
Que tu reino está en la vida, te
pedimos mil perdones si te vamos a
ofender, por favor no tardes mucho te rogamos que nos hagas comprender.
Uuuuuuuuuuuuuuuuu( se reza)
Padre nuestro te pedimos, que tu
amor sea la fuerza que nos haga comprender.
Que tu reino está en la vida, te
pedimos mil perdones si te vamos a
ofender, por favor no tardes mucho te rogamos que nos hagas comprender.
MARÍA, MADRE NUESTRA
1. María, madre nuestra, flor de
juventud.
Camino de mi vida, ésa eres tú. Soy como un camino al anochecer, que busca en el silencio los pasos de tu ayer.
Sin ti el mundo sería
como un paisaje sin luz, un día sin sol, un rostro sin sonrisa. Sin ti, María, no habría luz, sin ti no habría una sonrisa.
2. Soy como una barca sin remos en el
mar,
que va por la marea buscando tu amistad. Eres la mañana, al despertar de una ilusión, eres la belleza de una puesta de sol. |